lunes, 15 de mayo de 2017

Te llamaría suerte, pero creo en ti.

¡ Hola, mis pajarillos !

Llevamos juntos unos mesecitos, para ser exactos desde febrero. Hoy tendría que dedicar mi espacio a una entrada en la que hable sobre la despedida de mi blog, pero no va a ser así pues... ¡Sí, me seguiré quedando con vosotros todos los miércoles a las 20:00h.! Entonces, ¿qué despedida es esta? Despedida de mi curso, de mis casa, de mis perdidas, de mis cuatro soles.


Hace un año estaba desubicada, como un puzle que solo tiene una pieza  pero sabe que se va a encontrar. Tenía la Selectividad, y un gran agobio por todo lo que podría venir; yo y mi manía de querer saber el futuro como si fuese vidente. Aquí estaba, 11 de septiembre, metida en un piso que no encajaba y llorando por la despedida, los novatos siempre somos un poco más flojos. Ya era 1 de noviembre, primer mes y medio superado, con Laura.

¿Laura?, ¿quién es Laura? Podría dedicar horas y horas a escribir la de veces que hemos tenido una aventura, las risas que nos hemos echado y esos enfados que se terminaban en diez segundos. Fuiste mi primer descubrimiento, mi primer Sol. Increíble, alguien de otra parte con quien compartir todo, desde mis fracasos personales ( todavía recuerdo el suspenso de psicología), mis méritos ( aprobé las demás), y una larga lista de cosas que solo me saldrían si la tuviese delante. Si tuviese que decirte algo solo podría decir : gracias, lo siento y te quiero. Gracias por aparecer en un momento que no encontraba mi sitio, lo siento por si alguna vez no he actuado como debería y te quiero por regalarme amistad y complicidad, por ser diferente y por aportar a mi vida lo que necesitaba, a ti.

Después vinieron mis dos soletes a mi piso, pues nos quedamos en 1 de noviembre, mi cambio de piso. Ahí estuve viviendo sola hasta febrero, en febrero vino Mabel para que luego fuésemos dos esperando a Nashira. Ella ha sido algo confuso, nos conocíamos del pueblo aunque nunca habíamos entablado tal relación. Hasta día de hoy no hemos tenido ni una ni media discusión, de hecho estoy deseando que llegue el domingo y ver a mi garvina, por que sí, nos hemos terminado llamando así. A ti solo tengo que decirte que, aunque deseo que no sea así, si al año que viene no formas parte de mi casa, tus brazos siempre serán para mi hogar. Ahora vino mi tercer Sol, mi Nashira. Nosotras siempre hemos encajado muy bien, demasiado bien. Nos pasamos las horas hablando, compartimos gustos y es esa amiga que escucha todo lo que te rodea para decirte lo que no quieres escuchar, pero no siempre tus oídos tienen que estar pendiente de la música, a veces un buen toque de realidad es lo que necesitas. Contigo sé que no hace falta hablar del tema de nuestra compañía al año que viene, pero por si tienes dudas : no hay nada que me guste más que a media noche estés dormida conmigo y no saber si eres mi amiga o mi hermana. En cuanto a las dos, gracias por las risas del chico del agua, por las historias que contaremos a nuestros futuros sobre la electricidad del piso y las tardes hablando, paseando o disfrutando de la terraza con la compañía. Da igual el sitio, habéis hecho precioso todo con vuestra compañía, habéis hecho de un piso más en un portal más en Cáceres un hogar, una familia, un todas para una y una para todas. Os amo.

Mi último Sol, pero no menos importante ha sido Beatriz. Cuando empezó el curso debo de admitir que pensaba que era de todo menos compatible conmigo, los prejuicios que todavía seguimos teniendo sin querer. Si algo agradezco a enero y a esos exámenes fue aquella mañana en la que disfrute de ti, como nunca. Siempre te digo que eres diferente y, ¡APROVÉCHALO! Hay mucha gente con la que estar y pocos con los que ser, lo sabes perfectamente, pero eres una bomba que cuando estalle va a soltar maravillas. Has sido una amistad extraña, pero importantísima para que estés aquí. Solo me queda decirte que nos quedan tres septiembre todavía, y que bonitos años contigo. Te quiero mucho, muchísimo. Nos vemos pronto, sé libre.

Gracias a las cuatro por hacer de este año un año maravilloso. Por saber compaginaros conmigo y por darme lo que necesitaba allí, una familia. Hoy ya queda un día menos para volver a vernos. Os adoro mis soletes.

¡RECUERDA, NO HAY NADA MEJOR QUE SENTIRSE LIBRE!

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