martes, 14 de febrero de 2017

Carta de amor.


Querida Sara, eres increíble.


Quizás nunca te suelo decir lo importante que eres en mi vida, ya sabes que soy un poco arisca y que el don de la palabra no es lo mio, pero te aseguro que si tuviera mil vidas, desearía pasarlas a tu lado.

Nuestra diferencia de edad es minúscula, dos años y diez meses para ser exactas, pero hay momentos de nuestras vidas en los que parece un universo y, no precisamente porque la mayor sea yo.
Para mí has sido una muñeca desde que llegaste, he pasado contigo los mejores momentos que puede pasar una persona y tengo un gran repertorio de anécdotas para contar sobre tí. Parece que fue ayer cuando entrabas al colegio con una sonrisa y súper mona vestida, para horas después salir como si hubieses vivido la Segunda Guerra Mundial, con toda la arena del patio en tus bolsillos y unas gafas que juraría que eran de sol ya que ni los mismos rayos del dios Ra los atravesaría. También recuerdo cuando te metía en mis carros o deseaba ser tú para que mamá y papá me hicieran más caso del que me hacían. Ah sí, lo olvidaba, cuando mamá nos ponía esas faldas y esas medias de rayas (tanto que parecíamos un cuadro pixelado) y posábamos como modelos, más bien parecíamos una enredadera escalando una pared porque cariño, las poses no eran lo nuestro. Tengo que afirmar que nunca me pudieron hacer mejor regalo que tú.

Ahora es todo más bonito aún. Eres para mí la mejor amiga que puedo tener, alguien en quien confiar a ciegas y con quien contar siempre, porque a pesar de que alguna que otra vez nos hayamos dicho cosas horribles, somos uña y carne, la una para la otra, polos opuestos pero que solo ellos son capaces de encajar.
Me gustaría poder salvarte de todas las caídas que te depara la vida, poder guiarte por un camino tan llano y bonito que solo tengas que disfrutar o decirte que todo en tu vida será maravilloso, pero te mentiría.
Te quedan miles de aventuras que solo tú podrás dirigir, miles de sueños que cumplir y miles de situaciones a las que enfrentarte sola pero te juro, te lo juro, que siempre que necesites alguien que te escuche, te ayude, te aconseje y te guíe, haré ese trabajo como si mi vida fuese en ello, porque eres mi vida y te quiero más que a mí misma.
Quisiera recordarte que eres valiente Sarita, eres dura y puedes con todo y más. A veces la vida te va hacer madurar demasiado rápido y, como defendían los innatistas de mi suspensa psicología, tu ciclo evolutivo tendrá cambios gigantescos y repentinos pero te aseguró que puedes con todo. Nunca antes había visto tanta fuerza junta, tanta vitalidad y es que, tienes todo lo que necesitas para salir a flote dentro de ti, créeme.
Quien tiene un amigo tiene un tesoro, pero contigo tengo la mayor riqueza del mundo, mi hermana. Te quise desde el primer momento que te trajeron a mí, te quiero con toda mi alma y te querré por el resto de mis días, por el resto de mis vidas.

2 comentarios:

  1. ¡Hola Arantxa!
    Me ha emocionado leer la carta, pues sin duda me he sentido muy identificada pero no contigo, sino con tu hermana.
    Al igual que ella, me ha tocado ser la pequeña de casa y no llegamos a darnos cuenta de la importancia de los hermanos mayores hasta que crecemos.
    De siempre me he peleado con mi hermano, pero como mi madre dice "No podéis estar el uno con el otro, pero cuando uno falta, bien que os buscáis".
    Sin duda, mi hermano es el único chico que voy a tener en mi vida que jamás me va a fallar. A pesar de hacerme rabiar mil veces, sé que le pido la luna y me baja el cielo entero.
    Es con la persona que más protegida me siento, porque daría la vida misma por mí.
    Antes no me daba cuenta de nada de esto, sólo lo veía como un estorbo. Ha sido cuando los dos hemos madurado que nos hemos unido más de lo que ya estábamos sin enterarnos.
    Pienso que el vínculo tan especial que se tiene con un herman@, no se llega a tener jamás con nadie.
    Quizás debería demostrarle mucho más lo importante que es, se lo digo muy poco.
    Ahora un consejo de hermana pequeña a hermana mayor, cuida mucho a Sara. No vale con decirlo, sino con demostrarlo cada día, en cada situación. Y sácale muchas muchas muchas sonrisas, de verdad que lo que más nos gusta a los hermanos pequeños, es compartir los momentos de felicidad con los hermanos mayores.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por un comentario tan bonito. Me gustaría que todos los pequeños supieseis lo que significáis para nosotros. Me ha encantado ver tu punto de vista como hermana pequeña. Un saludo.

    ResponderEliminar