Querida abuela, el cáncer no es nada para ti.

En mi vida tengo varios tipos de amores, tantos como personas forman parte de ella. Sin embargo, si ahora mismo me preguntasen por un amor incondicional diría el tuyo, preciosa. Nos conocemos desde el minuto uno de mi vida, desde que me cogiste y era tan diminuta que no sabíais apenas como cogerme, además nací con esas piernas tan raras y esperabas a un niño no a una niña.

Recuerdo aquellos veranos en la parcela con mi hermana y contigo, como nos hacías la comida y a cambio teníamos que limpiar las cosas, aunque dabas lo que fuese porque Sara y yo saliésemos a jugar con las muñecas mientras tú hacías todo. También recuerdo tu adoración por las plantas y, por supuesto, los días que nos tocaba regar para poder tener el césped verde. Otra cosa que me encantaba era cuando todos íbamos a la parcela a celebrar un cumpleaños y, lo que no me gustaba tanto, cuando me caía y acababa con las rodillas peladas enteras ( ya sabes que lo que mejor se me daba era caerme, soy tan torpe).


Tu vida y la de todos lo que te rodean ha cambiado de una forma muy drástica en cuestión de dos meses, ese maldito cáncer que intenta destruirte pero que tiembla cada vez que te pones un gorro y sales a la calle. Eres tan maravillosa abuela, tan maravillosa.

Suelen decir que cuando alguien tiene cáncer empieza una época triste de su vida, ya sabes eso de que se te cae el pelo, te pasas días en el hospital, después de la quimio todo os sabe mal, y una larga lista de cosas que tú vas superando a diario. Sin embargo, contigo ha sido todo demasiado fácil. Desde el minuto uno fuiste consciente de todo lo que te venía, de lo que esos gorros que tan bien te quedan iban a significar para ti, de que la quimio mata lo malo ,pero tú decides si quieres crear algo bueno, y aquí estás, tan guapa mi morita, tan guapa con esos turbantes que pareces la protagonista de "El Príncipe" como tantas veces te digo.

Me gustaría poder asegurarte que esto pasará pronto y que no tardarás mucho en salir a la calle con un pelo rizado, pues no creas que siempre vas a estar sin peinarte, alguna vez te volverá a salir y estarás tan guapa como siempre, pero sobre todo decirte que eres una valiente y una luchadora y que ni este cáncer ni nada en el mundo va a poder contigo. ¡VIVE PORQUE ME DAS VIDA AL VERTE ABUELA!

¡RECUERDA, NO HAY NADA MEJOR QUE SENTIRSE LIBRE!